La movilidad geográfica forma parte de la realidad laboral de muchos profesionales. Un ascenso, la apertura de una nueva sede, un proyecto concreto o la búsqueda de mejores oportunidades pueden llevarte a cambiar de lugar de trabajo e incluso de residencia.
Aunque esta situación suele despertar dudas e incertidumbre, no se trata solo de un traslado físico: también implica derechos, obligaciones y beneficios que conviene conocer para tomar decisiones con seguridad.
Como una de las empresas de selección de personal con mayor expansión territorial, queremos ofrecerte una guía clara y práctica,que te ayudará a entender qué dice la normativa sobre movilidad geográfica, cuáles son sus implicaciones fiscales y cómo se traduce todo en la práctica a través de ejemplos.
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La movilidad geográfica se define como el traslado del trabajador a un centro de trabajo distinto que le exige un cambio de su residencia habitual. A diferencia de otras formas de movilidad, como la funcional (cambio de tareas) o la interna (cambio de puesto en el mismo centro), la movilidad geográfica implica un cambio significativo en tu vida cotidiana y personal.
Un punto crucial es que esta movilidad no es unilateral. La regulación en España, principalmente a través del Estatuto de los Trabajadores, establece las bases para que este proceso se realice de forma justa y transparente. El artículo 40 de este estatuto detalla las condiciones bajo las cuales una empresa puede solicitar la movilidad geográfica, así como los derechos y opciones del empleado ante dicha propuesta.
Las causas de la movilidad geográfica son variadas, pero a menudo se originan en la necesidad de la empresa de adaptarse a un entorno competitivo. Algunas de las razones más comunes son:
La movilidad geográfica no solo afecta al ámbito profesional. La Society for Human Resource Management (SHRM) estima que cerca del 42 % de las asignaciones internacionales fracasan, principalmente por la falta de una preparación adecuada y un acompañamiento que incluya formación cultural y lingüística, apoyo a la familia y una gestión realista de expectativas sobre el país de destino.
Por otro lado, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) subraya que el éxito de las asignaciones laborales depende en gran medida de las condiciones de apoyo y adaptación en el país de destino, incluyendo vivienda, educación para los hijos y redes de apoyo comunitario, más allá del contrato de trabajo en sí.
A nivel personal, la movilidad puede implicar dejar atrás a la familia y amigos, buscar una nueva vivienda o adaptarse a una cultura diferente, si el traslado es internacional. Profesionalmente, sin embargo, puede ser una oportunidad única para adquirir nuevas habilidades, conocer otras áreas de la empresa y acelerar tu crecimiento.

No toda movilidad geográfica exige una mudanza. La clave está en la interpretación de lo que constituye un cambio de residencia habitual. Legalmente, no existe un número de kilómetros exacto que defina esta situación. Sin embargo, la jurisprudencia y la administración han establecido criterios para determinar cuándo se está ante un verdadero traslado.
La Agencia Tributaria (Hacienda) y el Tribunal Supremo han considerado en varias ocasiones que el concepto de "movilidad geográfica" está ligado a la necesidad de cambio de residencia, no a una distancia mínima en sí misma.
Ejemplos de situaciones en las que se considera movilidad sin cambio de residencia:
Si te encuentras en situación de movilidad geográfica para aceptar un nuevo empleo, podrías tener derecho a una reducción fiscal. Esta deducción, pensada para aliviar la carga económica del traslado, se aplica a través de una exención de impuestos en la declaración de la renta.
Esta deducción se aplica a los desempleados que aceptan un nuevo puesto de trabajo que requiere un cambio de su residencia habitual. Si estabas en paro e inicias un nuevo trabajo en un municipio distinto, puedes beneficiarte de esta ayuda. No aplica si ya tenías un empleo y tu empresa te traslada, ya que, en ese caso, la compañía se hace cargo de los gastos de traslado.
Para poder disfrutar de la deducción, debes cumplir con dos condiciones principales:
La justificación de esta situación es clave. La Agencia Tributaria puede solicitar pruebas que demuestren que cumplías con los requisitos. Es recomendable guardar el siguiente documento:
La movilidad geográfica se declara en la declaración de la renta (IRPF) en la sección de rendimientos del trabajo. Al cumplir con los requisitos, se aplica una reducción de 2.000 € anuales adicionales en la base imponible del IRPF. Esta reducción es acumulable a la general por rendimientos del trabajo de 2.000 €, lo que significa un total de 4.000 € de reducción para el cálculo del impuesto.
Es importante tener en cuenta que esta reducción se aplica durante el año en que se produce el cambio de residencia y el siguiente. Por ejemplo, si te mudas en junio de 2025, podrás aplicar la reducción en tu declaración de la renta de 2025 (presentada en 2026) y en la de 2026 (presentada en 2027).
La principal ventaja fiscal de la movilidad geográfica es la reducción en la base imponible que acabamos de comentar. Esto significa que la cantidad sobre la que se calcula el impuesto es menor, lo que se traduce en una menor carga fiscal.
Cuando cambias de domicilio y, por tanto, de centro de trabajo, tu empresa debe actualizar la retención de IRPF que te aplica en la nómina. Si el traslado te da derecho a la deducción por movilidad, es fundamental que informes a tu empresa para que ajusten el cálculo de la retención. De no hacerlo, podrías tener que esperar a la declaración anual para recuperar la diferencia.
La movilidad geográfica es un factor cada vez más relevante en el mundo laboral y entender sus implicaciones, desde la normativa hasta los beneficios fiscales, es esencial para cualquier profesional que aspire a un crecimiento continuo y a tomar las mejores decisiones para su carrera.
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