¿Cómo describirías la situación actual del mercado laboral en Cantabria?
El mercado laboral cántabro vive un momento de transformación y dinamismo. Venimos de unos años de estabilidad relativa, pero ahora percibimos una clara evolución hacia la profesionalización y la especialización del talento.
Las empresas de la región están entendiendo que atraer perfiles cualificados no es solo cuestión de cubrir vacantes, sino de construir proyectos que inspiren y fidelicen a las personas adecuadas.
En paralelo, los profesionales cántabros también están cambiando su forma de entender el trabajo: valoran más la flexibilidad, la conciliación y el desarrollo personal, y eso está redefiniendo la relación empresa-empleado.
Las organizaciones que están sabiendo adaptarse a este nuevo paradigma son las que ofrecen una propuesta de valor atractiva, basada en la confianza, el propósito y la posibilidad de crecer dentro de la compañía.
En Cantabria tenemos mucho talento y una gran disposición para el cambio, pero todavía existe el reto de alinear las expectativas de las empresas con las de los profesionales.
¿Qué sectores o perfiles profesionales tienen más demanda en Cantabria, en este momento?
Estamos viviendo una etapa de diversificación y especialización del mercado laboral. Tradicionalmente, el sector industrial ha sido uno de los pilares de la economía regional, y hoy sigue siendo clave, pero con una evolución clara hacia perfiles más técnicos y cualificados.
Se buscan profesionales especializados en mantenimiento, automatización, ingeniería y calidad, donde la combinación de experiencia práctica y formación técnica marca la diferencia.
El sector logístico también está creciendo con fuerza, impulsado por la digitalización y el auge del comercio electrónico. Cada vez se demandan más perfiles en planificación, transporte, gestión de almacenes y optimización de procesos, donde la tecnología tiene un papel cada vez más relevante.
A esto se suma el sector tecnológico, que está ganando terreno de manera constante. Las empresas cántabras están apostando por la transformación digital, lo que ha generado una necesidad real de incorporar perfiles IT, analistas de datos, expertos en ciberseguridad y marketing digital. Es un cambio cultural importante: la tecnología ya no es un apoyo, sino una parte esencial del negocio.
Desde tu experiencia, ¿cuáles son los principales retos de las empresas cántabras a la hora de atraer talento?
Adaptarse a un nuevo modelo de atracción del talento, ya que las prioridades de los profesionales han cambiado. Ya no basta con ofrecer estabilidad o un buen salario: el talento busca proyectos con propósito, flexibilidad, desarrollo profesional y un entorno donde se sienta escuchado y valorado.
Además, existe una brecha entre la oferta y la demanda de determinados perfiles cualificados, especialmente en ámbitos técnicos, industriales o tecnológicos. Muchas empresas encuentran dificultades para cubrir posiciones clave porque el mercado local es limitado o porque compiten con compañías que pueden ofrecer condiciones más atractivas fuera de la región.
Otro desafío importante es la marca empleadora. Todavía hay empresas que no comunican de forma efectiva su cultura o sus valores, y eso hace que pierdan visibilidad ante el talento que sí encajaría con su proyecto. La atracción de talento empieza mucho antes del proceso de selección: empieza en cómo una empresa se muestra, lo que transmite y en qué experiencia ofrece a sus candidatos.
También debemos tener en cuenta la fidelización del talento, que va de la mano de la atracción. A veces el reto no es tanto encontrar a la persona adecuada, sino lograr que quiera quedarse. En un contexto donde las oportunidades se multiplican, fidelizar implica cuidar el desarrollo, la comunicación interna y la confianza mutua.
El primer paso es definir claramente el perfil que buscan y trabajar en su propuesta de valor como empleadores. Es esencial comunicar lo que hace única a la empresa y ofrecer procesos de selección ágiles, transparentes y centrados en la experiencia del candidato.
Cada interacción con un aspirante es una oportunidad para construir una buena reputación. Incluso si el candidato no es seleccionado, si ha recibido un trato respetuoso, explicaciones claras y se ha sentido valorado durante el proceso, lo compartirá con su entorno. En una región como Baleares, donde las redes personales son muy importantes, este “boca a boca” positivo puede ser crucial.
Me he encontrado con candidatos que rechazan participar en procesos de selección al escuchar el nombre de ciertas empresas debido a comentarios negativos que han circulado. Por eso, como empresa, es vital “venderse” siempre, no solo en los procesos de selección, sino también en el día a día.